El propósito de una curva de transición es permitir que un tren haga una transición suave de una vía recta a una vía curva sin experimentar cambios repentinos en la dirección o fuerzas laterales. Esto ayuda a reducir el desgaste de las vías y el material rodante, además de aumentar la seguridad de los pasajeros y la tripulación.
La longitud de una curva de transición puede verse afectada por varios factores, como la velocidad máxima permitida del tren, el radio de la curva, el peralte de la curva, el tipo de tren y el terreno en el que se coloca la vía. Estos factores deben tenerse en cuenta al diseñar una curva de transición para garantizar su seguridad y eficiencia.